En el "mundo de la realidad intersubjetiva" se acumulan los "artefactos o productos culturales" que conforman el Kapital Simbólico de una sociedad.
La capacidad humana de crear "realidades imaginarias" compartidas es la clave del ascenso del homo sapiens a su calidad de dominador.
Sin la realidad intersubjetiva el ser humano seria incapaz de cooperar en gran escala, pues es la "invención de una realidad" lo que hace posible que todos nos sintamos parte de una nación que no existe en la realidad, sino en la mente de un colectivo que se siente hermano sin conocerse realmente. Es esta "realidad inventada", pero creia por todos, la que permite que miles de millones de cristianos se sientan parte de una gran comunidad, sin que en realidad tengan una relación intima. Esa realidad hace posible que creamos que un fajo de papeles de colores se pueden intercambiar por comida, ropa y techo o que una serie de ceros y unos, en un servidor en la nube equivalen al valor de un carro, una casa o un viaje a Europa.
La realidad objetiva y aún la realidad subjetiva es compartida con el resto del reino animal, pero la capacidad de contarnos historias y creérnoslas colectivamente y actuar con base en ellas, en gran numero es algo que solo los seres humanos podemos hacer y que nos ha dado la posición que tenemos como especie respecto a las demás especies de la tierra.
Si una marca conoce profundamente la "realidad intersubjetiva" que mantiene unida la comunidad imaginaria ( target) al que desea llegar, puede construir un ligamen indestructible entre su propuesta de valor simbólico y esta comunidad, que le permitirá insertarse en su cultura y tener un rol emocional además del funcional que se espera por la naturaleza de su categoría.